El catastro y la agrimensura son dos disciplinas fundamentales en la gestión y planificación del territorio. El catastro se encarga de la identificación, descripción y valoración de los bienes inmuebles, estableciendo sus límites y características. Por su parte, la agrimensura se enfoca en la medición y representación gráfica de la superficie y la forma de la tierra, así como en la delimitación y demarcación de parcelas. Ambas disciplinas son cruciales para garantizar un uso eficiente y ordenado del suelo, así como para el desarrollo urbano y rural sostenible.